Wasil, 70 años, campo de refugiados de Zaatari

(c) Amandine Allaire/HelpAge International 

«Los edificios han quedado destrozados, nosotros lo hemos perdido todo, nos venimos con nada excepto la ropa que llevábamos puesta».

Wasil tiene 70 años y llegó al campo de refugiados de Zaatari de Homs, junto con su esposa, que tiene 62 años, y 2 hijos. Ahora comparten una tienda de campaña y una caravana con otros 20 miembros de familia, incluyendo 13 niños con edades entre 1 y 15 años.

Hace 20 años, Wasil sufrió un infarto que le causó una parálisis parcial. Por culpa de su discapacidad, tuvo muchos problemas a la hora de cruzar la frontera y fue lastimado durante el desplazamiento. Ellos huyeron de Homs en un coche y pararon el viaje en coche 4 kilómetros antes de la frontera con Jordania. Cruzaron la frontera a pie y de noche. Los hijos de Wasil lo transportaron, pero fue muy difícil y Wasil sufrió una fractura de clavícula durante el viaje.

Cuando cuenta su historia, Wasil llora. Después, su esposa nos contó que Wasil nunca paró de llorar durante todo el viaje desde Homs hasta la frontera; al contarnos todo esto, ella también empieza a llorar.

Uno de los hijos de Wasil se quedó en Homs y hablan por teléfono dos veces a la semana.

Mismo si los hijos de Wasil proporcionan la comida para la familia de Wasil gracias a la distribución que se hace en el campo, caminando hasta el centro de distribución y haciendo cola durante horas, «no es suficiente para toda la familia». Ellos necesitan comparar más comida en el supermercado, especialmente verduras, y logran pagar todo esto con sus ahorros.

Wasil tiene dificultades en acceder a las instalaciones de agua y las letrinas. Según él, esto es una de las prioridades a la hora de mejorar la accesibilidad dentro del campus. Su esposa lo confirma: «las calles no están en buen estado, no podemos caminar adecuadamente».

Los servicios de salud representan otro problema para ellos. Wasil ha sido enviado para ser consultado en la clínica del campo varias veces, pero explica que se le ha hecho la revisión, pero no ha recibido ningún tipo de tratamiento «es inútil. Siempre me mandan a otra consulta para otra especialidad y, al final, para qué, para nada».

Para Wasil la prioridad es encontrar una casa fuera del campo de refugiados, donde ellos puedan tener acceso a electricidad, agua e higiene. Pero, mientras se tengan que quedar en el campo de refugiados, los servicios sanitarios y la falta de accesibilidad son los aspectos que más les afectan.

Comparte

Colabora con HelpAge

Solo con una pequeña ayuda, el conocimiento, la experiencia y el liderazgo de las personas mayores puede marcar una gran diferencia para sus propias vidas y las de sus familias y comunidades.

También te puede interesar

Suscríbete a nuestro boletín

Suscríbete para recibir nuestro boletín y las noticias de HelpAge International España.