El éxito del programa intergeneracional de HelpAge que restablece los medios de vida en las comunidades de Sierra Leone después del brote del Ébola

10/08/2017

Jóvenes y mayores se reúnen para atender nuestro programa de recuperación después del Ébola en Sierra Leone(c) Simon Rawles/Age International

Las personas mayores de Sierra Leone están restableciendo sus medios de vida y comenzando a tener más dignidad y respeto que tenían antes del brote del Ébola dentro de sus comunidades, gracias a la ayuda de un programa realizado por HelpAge International que reúne a los jóvenes y a los mayores.

El nuevo informe Breaking the age barrier: Lessons from an intergenerational livelihoods programme in Sierra Leone analiza el diseño y el impacto de esta iniciativa que hemos desarrollado junto con Age International y Restless Development.

¿Qué impacto ha tenido el Ébola sobre el colectivo mayor de Sierra Leone?

Después de un largo periodo de conflicto civil, Sierra Leone estaba ya económica y socialmente inestable cuando comenzó la crisis provocada por el virus del Ébola en 2014. Esta situación se vio agravada cuando más de 14.000 personas fueron infectadas con el virus y aproximadamente 4.000 personas murieron.

La debilidad del sistema inmunológico de muchas personas mayores de 65 años y más les dejó aún más susceptibles, y empezaron a depender mucho más de su comunidad y de los servicios ofrecidos por las autoridades que, en poco tiempo, se debilitaron por culpa de la crisis que se apoderó del país.

Muchos mayores cuyos hijos adultos murieron por culpa del Ébola fueron los que se quedaron a cargo de sus nietos huérfanos. Ellos tuvieron que superar el dolor de haber perdido a sus seres queridos y al mismo tiempo enfrentarse a grandes dificultades económicas ya que estaban a cargo de sus nietos, pero con pocos ingresos y con mínimo apoyo familiar.

¿Cómo hemos ayudado que los mayores restablezcan sus medios de vida?

Trabajando en colaboración con Restless Development, agencia que dedica su labor a los jóvenes, hemos reunido a 30 voluntarios que impartan durante 2 semanas formación sobre negocios y técnicas de enseñanza con el objetivo de que compartan sus conocimientos con las personas mayores y que les apoyen a crear sus propios negocios.

Los voluntarios han ayudado a la creación de 85 asociaciones para personas mayores (OPA por sus siglas en inglés) en 60 comunidades de los distritos Moyamba y Bonthe en el suroeste de Sierra Leone. Ellos han ayudado que las asociaciones abran depósitos de ahorros y, utilizando este dinero y los intereses obtenidos, los voluntarios facilitaron la distribución de 1.700 préstamos a los miembros de las asociaciones para personas mayores.

La asociación de personas mayores Gendenmawa ha invertido en una comunidad que se dedica a la producción agrícola de cacahuetes(c) Simon Rawles/Age International

Las personas mayores abrieron pequeños negocios para vender productos como arroz, jabones y aceite de palma, mientras que otras comunidades trabajaban las producciones de cacahuetes o de arroz.

Los voluntarios apoyaron el desarrollo de los negocios abiertos por las personas mayores durante 9 meses; después se eligieron 2 mentores en cada comunidad para facilitar apoyo permanente a las asociaciones de personas mayores una vez que el programa se haya acabado.

Mamie Morie tiene 80 años y reabrió su negocio de jabones gracias al préstamo de 140.000 leones (16,20 €), y ahora le enseña a su nieta Jebbe, de 22 años, cómo hacer jabones para que le pueda ayudar con el negocio.

“Desde que empezamos, el dinero que pude obtener de la asociación lo he utilizado para hacer jabones”, explica Mamie Morie. 

“Luego puedo devolver el dinero prestado y con el resto de dinero que me queda debo pagar mi comida y mantener la casa. A veces ahorro dinero para comparar medicamentos”.

Mamie Morie habla con un voluntario (c) Simon Rawles/Age International

Con estos negocios, las personas mayores tienen su propia fuente de ingresos para comprar lo que más necesiten y, al mismo tiempo, poder mantener al resto de la familia. Pero los beneficios económicos directos no ha sido el único efecto positivo que ha tenido este programa.

Fomentando la unidad en la comunidad

“La unidad que tenemos entre nosotros es de hecho más importante que el dinero”, indica un miembro de la asociación de personas mayores de Kawela.

Los mayores nos han dicho que el hecho de constituirse como un grupo ha mejorado su bienestar emocional y social, ha reducido las peleas dentro de la comunidad y ha impulsado a los miembros que solucionen sus problemas y puedan contar con un apoyo en tiempos difíciles.

En varias comunidades, las normas establecidas por la asociación de personas mayores estipula que si un miembro está enfermo, cada persona contribuirá con una cantidad fija de dinero para cubrir la recuperación del enfermo. De igual manera, si un miembro fallece, su familia recibirá dinero en efectivo para poder cubrir los gastos del funeral.

Una vez que la situación financiera de los mayores ha mejorado y la dependencia ha disminuido, ellos indican que son mejor vistos dentro de sus comunidades. Se les recibe de forma positiva en espacios públicos, incluso en las reuniones de la comunidad y se les consulta directamente para tomar decisiones que puedan afectarles a ellos y a sus familias.

Esto ha tenido un impacto profundo en las mujeres mayores. El sistema de selección de la asociación de personas mayores ha favorecido a las personas en situaciones de máxima vulnerabilidad y esto incluye a las mujeres mayores viudas que estaban aisladas y marginadas de sus comunidades.

Las asociaciones de personas mayores facilitaron que estas mujeres tuvieran acceso a una red social y a una oportunidad para ganar unos ingresos y reforzar sus estatus dentro de la comunidad.

Aún más, un pequeño número de comunidades afirmó que el programa llevó a la disminución de las acusaciones de brujería. Las acusaciones de brujería van dirigidas sobre todo a estas mujeres mayores vulnerables, y basándose en cuestiones como pobreza o aislamiento, se les acusa de ser brujas.

Una inspiración para los jóvenes de Sierra Leone

Mientras que este programa ha tenido como objetivo principal conseguir que las personas mayores gestionen mejor sus ingresos, ha demostrado al mismo tiempo que ha tenido un impacto positivo en el comportamiento y las conductas financieras de los jóvenes.

No hay una cultura del ahorro en Sierra Leone. La mayoría de las personas piensan que sus hijos se harán cargo de ellos cuando llegarán a una edad avanzada. Pero al ver el impacto que han tenido los préstamos ofrecidos por las asociaciones de personas mayores a sus miembros en sus comunidades, muchos jóvenes empezaron ahorrar.

“Se nos ha inducido el espíritu ahorrador por nuestros familiares, miembros de las asociaciones de personas mayores”, relata un joven de 25 años de Njama.

En un tercio de las comunidades, los jóvenes formaron sus propios grupos de ahorros, simulando el modelo de las asociaciones de personas mayores.

Desafiando los prejuicios entre las generaciones

Tanto los voluntarios como las personas mayores que han participado en el programa han revelado los prejuicios que tenían unos sobre los otros antes de que empezara el programa. Los jóvenes dudaban de las capacidades de los mayores de aprender y de iniciar sus propios negocios mientras que las personas mayores se mostraron escépticos sobre qué les iban a enseñar a ellos los jóvenes.

Gracias a la formación que ofrecieron los jóvenes y a la experiencia de trabajar unos con los otros, estos perjuicios desaparecieron.

Los jóvenes aprendieron a ser pacientes y alentadores con las personas mayores a las que estaban formando y también aprendieron a utilizar la narración y muchas discusiones para asegurarse que su público ha entendido bien el mensaje.

Las personas mayores son impulsadas a depositar su dinero en el banco para guardarlo de forma segura(c) Simon Rawles/Age International

“Los voluntarios vinieron incluso cuando hubo fuertes lluvias. Todo lo que ellos habían aprendido, nos lo enseñaron y se ganaron nuestro respeto”, destaca un hombre mayor de Yoni.

Un voluntario de Mano añadió: “No tengo ninguna duda sobre las habilidades de las personas mayores. Desde luego que sabía que los mayores eran capaces de esto y mucho más”.

Theresa Monrovia, tesorera de la asociación de personas mayores de Ngula, se mostró muy positiva en cuanto a los beneficios que ella piensa que este programa ha traído a su comunidad.

“Se crea un fuerte vínculo; los jóvenes y los mayores se tienen cariño unos a los otros ahora”, explica Theresa.

“Nos abrazamos unos a los otros, jugamos, reímos …. no importa lo que hagamos, lo hacemos con una única voz”.

Lee el informe Breaking the age barrier: Lessons from an intergenerational livelihoods programme in Sierra Leone para más información.

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