Durante los últimos dos años, HelpAge International España, en colaboración con nuestra contraparte local JOHUD (Jordan Hashemite Fund for Human Development) y con el valioso apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), ha trabajado en Jordania para mejorar el acceso a servicios de salud comunitaria y bienestar para las personas mayores y otros grupos vulnerables en las regiones de Irbid y Karak. Hoy, al cerrar este proyecto, celebramos con orgullo no solo sus impresionantes logros cuantitativos, sino también el profundo impacto social y humano que ha dejado tras de sí.
El proyecto ha beneficiado de forma directa a más de 5.000 personas mayores, contribuyendo a garantizar una vida más saludable, segura y digna en contextos marcados por la desigualdad, el deterioro de los servicios públicos y el impacto de crisis como la pandemia o el desplazamiento forzado.
- 3.625 personas mayores recibieron atención médica directa, con acceso continuado a medicamentos esenciales y seguimiento profesional de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o afecciones respiratorias.
- Se distribuyeron 1.200 kits de higiene personal y sanitaria, fundamentales para la prevención de enfermedades y la promoción de entornos saludables en hogares y comunidades.
- Se llevaron a cabo más de 1.800 visitas domiciliarias, muchas de ellas a personas mayores en situación de dependencia o con movilidad reducida, garantizando así su derecho a una atención digna en sus propios hogares.
- Además, 720 cuidadores y cuidadoras familiares, en su mayoría mujeres, participaron en formaciones especializadas sobre cuidados seguros, movilización de personas, primeros auxilios, gestión emocional y derechos de las personas mayores. Esto ha permitido fortalecer los lazos comunitarios y generar redes de apoyo más sólidas en ambos territorios.
A lo largo del proyecto, se ha fomentado también un enfoque intergeneracional y participativo, donde las personas mayores han sido escuchadas, reconocidas como agentes activos de cambio y participantes clave en el diseño de respuestas comunitarias adaptadas a sus necesidades. Se promovieron espacios de escucha y diálogo, se realizaron campañas de sensibilización sobre derechos y envejecimiento saludable, y se impulsaron pequeñas iniciativas comunitarias lideradas por personas mayores.
Este proyecto no solo ha mejorado vidas individuales, sino que ha fortalecido sistemas comunitarios, visibilizado el rol imprescindible de las personas mayores y ha colocado los cuidados en el centro de la acción social y de desarrollo.
Más allá de las cifras, lo más valioso ha sido el reconocimiento del rol de las personas mayores como agentes de cambio en sus comunidades. No solo han sido beneficiarios del proyecto, sino líderes activos en procesos de sensibilización, formación y participación. Muchos se han convertido en referentes comunitarios, promoviendo hábitos saludables, apoyando a otros mayores en situación de dependencia y transmitiendo conocimientos esenciales para la convivencia y la resiliencia colectiva.
Este enfoque centrado en las personas mayores como protagonistas del desarrollo ha sido posible gracias al compromiso de la AECID, que ha apostado por un modelo innovador de cooperación basado en los derechos humanos, la equidad y la inclusión de un colectivo frecuentemente invisibilizado como son las personas mayores.
Desde HelpAge International España, agradecemos profundamente esta alianza, que ha permitido que miles de personas mayores vivan hoy con más dignidad, salud y apoyo.
El proyecto ha demostrado que cuando se incluyen activamente a las personas mayores en los programas de desarrollo, toda la comunidad se beneficia. Su experiencia, su capacidad de liderazgo y su red de cuidados son fundamentales para la cohesión social, especialmente en contextos de vulnerabilidad como el jordano, marcado por flujos migratorios, fragilidad económica y limitaciones en el sistema sanitario.
Seguiremos trabajando para que ninguna persona mayor quede atrás. Porque el desarrollo verdadero no puede construirse sin su voz.