Millones de personas mayores en Ucrania siguen sufriendo tras tres años de guerra

En Ucrania hay casi nueve millones de personas mayores: representan una cuarta parte de la población del país, pero en 2024 supusieron el 50% de todas las muertes de civiles y un tercio (33%) de las personas heridas. Sin embargo, solo un tercio ha recibido ayuda de organizaciones humanitarias.

El último informe de HelpAge International, «Cada año es más difícil resistir», revela una verdad contundente: las personas mayores ucranianas están siendo empujadas cada vez más hacia la pobreza y la desesperación a medida que la guerra se prolonga. Sus necesidades aumentan año tras año, pero con frecuencia son invisibles a la hora de repartir ayuda.

Las personas mayores en Ucrania han trabajado toda su vida para construir sus familias, sus comunidades y su país. Pero cuando comenzaron los bombardeos y avanzó el frente, muchas se quedaron atrás.

Hoy, millones de personas mayores en Ucrania viven una pesadilla llena de pobreza, soledad y miedo. Se sienten invisibles y olvidadas.

«Parece que hemos dejado de ser escuchados o entendidos. Como si nos hubiéramos vuelto invisibles.»
Valentyna, 97 años

Cada año es más difícil resistir

El nuevo informe muestra una realidad cruda: las personas mayores, especialmente las mujeres de más de 70 años, enfrentan una pobreza, aislamiento y miedo que va en aumento. Se saltan comidas para poder pagar el alquiler, duermen en casas heladas que no pueden reparar y permanecen solas mientras vecinos y familiares huyen o fallecen.

Para muchas, cada año supone más barreras. La discapacidad, la movilidad reducida y la falta de información clara las excluyen de la ayuda que tanto necesitan. Mientras tanto, su salud mental se deteriora bajo el peso de la incertidumbre constante y el duelo.

Condiciones que empeoran y una tendencia a la baja

El informe se basa en una encuesta representativa a nivel nacional y amplía el estudio realizado por HelpAge en 2022. Los resultados ofrecen una rara comparación temporal, actualmente, un 32% carece de refugio seguro ante la guerra, un aumento del 11% respecto a 2022. El número de personas que no pueden permitirse artículos básicos ha subido un 6%, y casi todas ellas no tienen dinero suficiente para comida, medicinas o productos de higiene.

Las condiciones de vivienda han empeorado, dos de cada tres personas viven en condiciones deficientes, y muchas necesitan reparar su vivienda de forma urgente. Los problemas de salud mental también van en aumento, mientras que el acceso al apoyo ha disminuido, dejando a muchas personas solas para sobrellevar la situación.

Olvidadas y excluidas

Cuando estalla una guerra, las personas mayores están entre las más vulnerables, pero rara vez son prioridad para recibir ayuda. De hecho, solo el 32% recibe asistencia de organizaciones humanitarias.

Enfrentan barreras que muchas personas no consideran, no pueden correr cuando suenan las sirenas, muchas no pueden bajar a sótanos o refugios, algunas no pueden abandonar sus pueblos porque no pueden caminar largas distancias. Otras se quedan porque no pueden permitirse alquilar otra casa o no quieren abandonar sus tierras ni sus animales.

Y cuando llega la ayuda, a menudo no pueden acceder a ella, ni física ni económicamente. A algunas se les dificulta el uso del internet para informarse sobre la ayuda disponible o cómo solicitarla. Otras no pueden hacer largas colas porque están demasiado débiles o enfermas.

Esto significa que, con frecuencia, se quedan sin lo más básico: alimentos, agua potable, medicinas, apoyo psicológico… incluso cosas que muchos damos por sentadas.

Las mujeres mayores, las más afectadas

Las mujeres mayores ucranianas son quienes más están sufriendo. Ya antes de la guerra muchas vivían con pensiones bajas, alrededor de un 30% menos que los hombres. Ahora, los precios del alquiler, la calefacción y la comida se han disparado, empujándolas al límite.

  • Casi la mitad de las mujeres mayores viven solas.
  • El 68% afirma que su pensión no cubre ni siquiera necesidades básicas como comida o calefacción.
  • Muchas se saltan comidas, comparten medicación o permanecen en casas frías para estirar al máximo sus ingresos.

Y el coste no es solo físico. Las mujeres mayores hablan de una profunda soledad y ansiedad. Muchas temen morir solas, sin que nadie las cuide o siquiera las entierre.

«A veces me despierto en mitad de la noche y ya no puedo volver a dormir. Ansiedad, desesperación, impotencia. A menudo lloro sin motivo.»
Nataliia, 65 años

La edad conlleva más riesgo

Cada año que pasa, aumenta el riesgo para muchas personas. Las mayores de 70 años lo tienen aún más difícil:

  • Tienen el doble de probabilidades de vivir solas. El 44% no recibe apoyo familiar.
  • Dependen casi exclusivamente de pequeñas pensiones del Estado.
  • Muchas ya no pueden trabajar ni cultivar sus propios alimentos.
  • Enfrentan enormes barreras para recibir ayuda.

Muchas están atrapadas en casa, sin poder caminar lo suficiente o viajar hasta hospitales o centros de ayuda. Algunas ya no tienen familia que las ayude.

«No camino bien. No he solicitado el reconocimiento de discapacidad —es muy complicado, hay que ir al hospital y hacer cola. No tengo fuerzas para eso.»
Valentyna, 97 años

La discapacidad agrava la situación

Más de una cuarta parte de las personas mayores en Ucrania viven con alguna discapacidad, pero muchas ni siquiera se registran para recibir apoyo porque el sistema es demasiado complejo. No tienen fuerzas para enfrentarse al papeleo interminable ni para desplazarse.

Como consecuencia, no reciben la ayuda que tanto necesitan. Para quienes ya luchan por pagar comida o medicinas, los costes adicionales por tener una discapacidad pueden ser devastadores.

«El médico me recetó un medicamento que cuesta 5.000 grivnas (unos 120 dólares). ¡Es casi toda mi pensión! Mi cuerpo se va descomponiendo por momentos.»
Lyudmyla, 66 años

El impacto oculto en la salud mental

Para las personas mayores ucranianas, la guerra representa un miedo constante y desgastante que mina su salud mental.

  • El 63% afirma que su salud mental ha empeorado desde que comenzó la guerra.
  • El 80% sufre ansiedad y angustia, y más de la mitad dice que afecta a su vida diaria.
  • Muchas se sienten una carga; algunas incluso desearían estar muertas.

Esta crisis de salud mental está creciendo, pero sigue siendo invisible. Los servicios de apoyo son escasos y difíciles de alcanzar o de pagar para las personas mayores.

«A nuestra edad, nos hemos quedado pobres y sin hogar. A menudo me siento completamente desesperada.»
Nataliia, 65 años

El coste creciente de la supervivencia

La guerra ha disparado los precios de todo: comida, calefacción, alquiler. Las pensiones no han aumentado al mismo ritmo.

El 62% de las personas mayores afirma que sus ingresos no cubren sus necesidades básicas. Dentro de este grupo:

  • El 93% tiene dificultades para comprar comida suficiente.
  • El 91% no puede permitirse artículos de higiene.
  • El 88% no puede pagar las medicinas que necesita.

En las zonas del frente, la situación es aún peor. Algunas personas viven en edificios medio destruidos sin calefacción en invierno. Otras pagan alquileres casi imposibles para viviendas diminutas.

«Lo que más me preocupa es el coste del alquiler. Mi hija, mi yerno y yo somos jubilados, y nuestras tres pensiones apenas cubren el alquiler.»
Valentyna, 97 años

Pero muchas se niegan a rendirse

A pesar de todo, las personas mayores ucranianas muestran una fortaleza y esperanza extraordinarias. Muchas hacen voluntariado en sus pueblos, cantan en coros, enseñan, cuidan de sus nietos o incluso emprenden pequeños negocios.

«Canto en un coro. Sabes, me siento muy necesaria. Otras personas dicen que mi energía las inspira.»
Olena, 89 años

«Es difícil para mí. ¡Pero no pienso rendirme! Quiero tener un negocio honesto, pagar impuestos y vivir con dignidad, aunque la guerra haya puesto mi vida patas arriba. Las personas mayores tenemos fuerza y experiencia. ¡No os rindáis!»
Liubov, 64 años

Lo que debe pasar ahora

Las personas mayores en Ucrania solo piden que se respeten sus derechos humanos básicos, estar a salvo, comer, tener medicinas y vivir con dignidad.

Ha habido algunos avances desde 2022. Más personas mayores reciben ayuda. Algunos servicios han mejorado. Pero la realidad es que la vida de la mayoría empeora. Sus necesidades crecen, pero la ayuda disminuye.

Si no actuamos ahora, millones más serán empujados a la pobreza, el aislamiento y la desesperación.

Es urgente actuar

Ninguna persona mayor debe ser dejada atrás, ni en Ucrania ni en ningún lugar. No deben ser un añadido en la respuesta humanitaria. Deben estar en el centro.

Gobiernos, agencias de ayuda y donantes deben:

  • Hacer la ayuda accesible: Llevar ayuda cerca de sus hogares.
  • Ir donde están las personas mayores: Crear equipos móviles de salud que visiten pueblos y domicilios.
  • Garantizar un techo seguro: Ayudar a pagar alquileres, reparaciones o viviendas nuevas.
  • Dar información clara y sencilla: No esconder la ayuda en formularios, aplicaciones o webs complejas. Ofrecer información cara a cara, en papel o por teléfono.
  • Apoyar la salud mental: Crear espacios seguros donde hablar, recibir apoyo psicológico y volver a sentirse parte de la comunidad.
  • Priorizar a quienes enfrentan más barreras: Enfocar el apoyo en mujeres mayores, personas con discapacidad y mayores de 70 años.
  • Proteger medios de vida y dignidad: Ayudar a las personas mayores a trabajar si ellas quieren, iniciar negocios o mantener sus granjas.
  • Mantenerlas visibles: Incluirlas en decisiones que las afectan. Escuchar sus ideas, que participen en el diseño de la ayuda que reciben.
  • No esperar al mañana: Las crisis no se detienen, las necesidades crecen cada día. Más financiación debe ir directamente a ayudar a las personas mayores ahora, no después.

Las personas mayores construyeron Ucrania. Merecen envejecer con seguridad y dignidad. Es hora de que todos gobiernos donantes, organizaciones de ayuda y ciudadanía  nos pongamos de su lado.

Conoce el informe en inglés: https://www.helpage.org/resource/every-year-it-gets-harder-to-hold-on-report/

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