La 14ª sesión del Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Envejecimiento (OEWGA) de 2024 marca un momento crucial para la creación de una convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas mayores.
Tras trece años de reuniones, ésta podría ser la última oportunidad para que los Estados Miembros de Naciones Unidas forjen un consenso sobre cómo abordar las lagunas que existen en la protección de los derechos de las personas mayores.
Tienen que unirse para determinar de forma decisiva la necesidad de una convención que salvaguarde los derechos humanos de las personas mayores. De lo contrario, estarán fallando no sólo a la población mayor actual, sino también a las generaciones venideras. Las repercusiones de no hacerlo se extenderían más allá del presente, afectando al bienestar y los derechos de las futuras personas mayores.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
El OEWGA, creado por la Asamblea General de la ONU en 2011, ha tardado trece años para llegar a un consenso sobre cómo abordar las lagunas existentes.
En la sesión de 2023, el OEWGA creó el proceso entre sesiones para facilitar el examen del marco de derechos humanos existente, la identificación de posibles lagunas y la mejor manera de abordarlas. A lo largo del año se han celebrado una serie de sesiones informativas y dos cofacilitadores que han distribuido un cuestionario entre los Estados miembros, las instituciones nacionales de derechos humanos, la sociedad civil y otras partes interesadas para conocer las lagunas existentes en los derechos de las personas mayores y la mejor manera de abordarlas.
Antes de la 14ª sesión del OEWGA, que tendrá lugar entre el 20 y el 24 de mayo en la sede de la ONU en Nueva York, los cofacilitadores presentarán un «borrador cero» de propuestas de recomendaciones negociadas intergubernamentales sobre las lagunas en el marco de los derechos humanos y recomendaciones. Estas recomendaciones se estudiarán en esta 14ª sesión y se presentarán a la Asamblea General de la ONU en 2024.
¿Qué se puede hacer?
El objetivo de HelpAge International es que los Estados miembros, en primer lugar, incluyan una Convención sobre los derechos de las personas mayores en la lista de opciones de las recomendaciones negociadas intergubernamentalmente. En segundo lugar, esta recomendación debería pedir la creación de un Grupo de Trabajo que elabore esta Convención.
El resultado de las negociaciones de los Estados miembros sigue siendo incierto, lo que brinda a la sociedad civil la oportunidad de participar e influir en este proceso. Las organizaciones nacionales pueden unir sus fuerzas para influir en los Estados miembros partidarios, así como en los potencialmente partidarios, para que adopten una postura firme a favor de la convención y pidan que se tomen medidas concretas para empezar a redactarla.
La importancia de la Convención de la ONU y su potencial impacto no se pueden subestimar.
A medida que la población mundial envejece, cada vez es más urgente garantizar los derechos y el bienestar de las personas mayores. A pesar de los esfuerzos por proteger los derechos humanos a través de diversos tratados y convenciones internacionales y regionales, sigue existiendo una importante laguna específicamente en nuestros derechos a medida que envejecemos. Este vacío subraya la necesidad de una Convención de la ONU específica para la protección de los derechos de las personas mayores.
Las personas mayores se enfrentan a menudo a retos únicos como la discriminación por razón de edad, la falta de acceso a la atención sanitaria, la inseguridad económica, la violencia, el abuso o el abandono. Una Convención de Naciones Unidas específica proporcionaría un marco global para salvaguardar sus derechos fundamentales a la dignidad, la autonomía, la asistencia sanitaria, la protección social y la participación en la sociedad.
La discriminación por razón de edad (edadismo), es decir, la creación de estereotipos y la discriminación de las personas por su edad, está muy extendida en todo el mundo. Una Convención de Naciones Unidas también aumentaría la concienciación sobre el edadismo y promovería el respeto por los derechos y las contribuciones de las personas mayores, fomentando una cultura de inclusión y combatiendo las actitudes discriminatorias.
Una convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas mayores
Una convención es crucial si queremos garantizar que, a medida que envejecemos, nuestros derechos y nuestro bienestar sean protegidos y respetados.
A medida que las sociedades envejecen, debemos abordar los retos específicos a los que se enfrentan las personas mayores.
