Organizaciones de todo el mundo reclaman una Convención de la ONU que promueva los derechos de las personas mayores

Foto: Elisha y Amarsanaa asisten al Grupo de Trabajo Abierto sobre el Envejecimiento en Nueva York.
© Jemma Stovell/HelpAge International

Aumenta la demanda de una nueva convención de la ONU para proteger a las personas mayores mientras los activistas de todo el mundo intensifican sus esfuerzos para acabar con la discriminación por motivos de edad

Mientras los Estados miembros de la ONU se preparan para reunirse en Nueva York la próxima semana, del 11 al 14 de abril, en la 12ª reunión del Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Envejecimiento (OEWGA), activistas de la Alianza Global por los derechos humanos de las Personas Mayores (GAROP) les instan a comprometerse a redactar una nueva convención de la ONU sobre la protección de sus derechos.

A pesar del rápido envejecimiento de la población mundial, los derechos de las personas mayores son en su mayoría invisibles en el derecho internacional y la discriminación por edad está muy extendida. La pandemia de la COVID-19 es un ejemplo de cómo las lagunas en la protección de los derechos de las personas mayores y la discriminación sistémica por razón de edad dejan a muchas personas mayores aisladas y en riesgo de padecer abusos físicos, emocionales, financieros y sexuales, así como el abandono.


Las narrativas alarmantemente crueles y discriminatorias en contra de las personas mayores durante la crisis de la COVID amplificaron estos riesgos, al perpetuar estereotipos negativos y actitudes y comportamientos sociales perjudiciales. Una nueva convención de la ONU reconocería a las personas mayores como titulares de derechos y proporcionaría orientación a los gobiernos para garantizar que la ley prohíba la discriminación por motivos de edad, ofrezca un marco legal para defender la dignidad de las personas mayores y garantice que las actitudes y los comportamientos hacia ellas respeten sus derechos humanos.

Para poner de relieve la creciente demanda de una convención de la ONU sobre los derechos de las personas mayores, GAROP organizó una campaña mundial a principios de marzo en la que participaron al menos 50 países. Personas de todo el mundo se sumaron a la campaña para señalar la urgente necesidad de un cambio legal, social y económico. El objetivo principal era animar a los gobiernos a colaborar con el Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Envejecimiento y que apoyen la creación de una nueva convención internacional sobre los derechos humanos de las personas mayores.

Kiran Rabheru, presidente de la Alianza Mundial por los Derechos de las Personas Mayores, ha afirmado:     

«El envejecimiento conlleva a la vulnerabilidad y a la discriminación, y los mecanismos de derechos humanos existentes no resultan suficientes ni proporcionan una protección adecuada a las personas mayores, tanto en la ley como en los hechos. La pandemia de la COVID-19 es solo un ejemplo de esta flagrante discriminación y falta de protección de las personas mayores.  Enfrentar a una generación contra otra hizo que aumentaran los casos de abuso y, al no existir un marco legal vigente, las personas mayores quedaban desprotegidas.

La necesidad de que el Grupo de Trabajo de Composición Abierta cumpla su mandato es más urgente que nunca, pero se ha avanzado poco y esto tiene que cambiar. No se debe impedir que las personas mayores disfruten plenamente de sus derechos. Ahora es el momento de que la ONU se ponga en pie y se comprometa a redactar una nueva convención sobre los derechos humanos de las personas mayores».

La importancia de proteger plenamente los derechos de las personas mayores es primordial, pero las personas mayores tienen más probabilidades de no poder acceder al trabajo, a la educación y a la atención sanitaria que necesitan para vivir una vida plena.

Bertha Kijo, de Tanzania, habla de su propia experiencia de cómo empezó a cursar una carrera universitaria a los 57 años y por qué son importantes estas oportunidades.

«La educación y el aprendizaje permanente significan mucho para las personas mayores de Tanzania. Poder aprender en la edad adulta significa que podemos hacer realidad nuestros derechos y nuestro potencial para mejorar nuestras vidas y las de los demás. Yo soy un testimonio vivo. Empecé mi licenciatura a los 57 años y ahora estoy terminando mi maestría. No ha sido un viaje tranquilo; algunos estudiantes me trataron de forma diferente. Se preguntaban por qué estudiaba a una edad más avanzada. Esto me desanimó al principio, pero luego se convirtió en un catalizador y un estímulo para mi éxito.

No somos demasiado mayores para aprender a utilizar la tecnología. Una anciana me contó que sentía que su libertad de intimidad se había perdido por culpa del analfabetismo. Me dijo: ‘Me gustaría poder leer los mensajes de mi teléfono; cuando me envían dinero, tengo que esperar a que mis nietos vengan a leer y coger el dinero por mí’.

A pesar de que la Constitución de Tanzania garantiza que todo el mundo tiene las mismas oportunidades de educación y formación, y de que la Política Nacional de Envejecimiento se compromete a ello, no existen programas de alfabetización de adultos específicos para personas mayores de 60 años. El gobierno debe garantizar la igualdad de acceso a los programas educativos para las mujeres y los hombres mayores que viven en zonas urbanas y rurales. 

Deben apoyar a las instituciones para que desarrollen programas que atiendan las necesidades específicas de aprendizaje identificadas por las propias personas mayores. También hay que trabajar para cambiar las actuales actitudes sociales de que la educación es solo para niños, niñas y jóvenes. Las nuevas normas internacionales sobre el derecho a la educación y el aprendizaje permanente durante la vejez ayudarían a cambiar estas actitudes y a garantizar que las políticas educativas de todos los países incluyan a las personas mayores.»

En una declaración conjunta realizada en nombre de las 394 organizaciones miembros de la Alianza Global por los Derechos de las Personas Mayores, la organización dijo:

“El 3 de marzo, miles de activistas de todo el mundo participaron en una campaña mundial “Envejecer Con Derechos”, en la que se pidió a los gobiernos que se comprometieran con el Grupo de Trabajo de Composición Abierta y apoyaran una convención de la ONU. Ahora es el momento de actuar y de obtener resultados concretos. Las personas mayores han esperado durante más de una década, ya no pueden esperar más.  

Como miembros de la Alianza Global por los Derechos de las Personas Mayores, hacemos un llamamiento a los Estados Miembros de la ONU para que cumplan el mandato de este Grupo de Trabajo Abierto y comiencen a redactar una convención de la ONU sobre los derechos de las personas mayores ahora.”

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