Ya hay una crisis humanitaria en Ucrania

Foto: Klavdiya, 80 años, Ucrania.
© HelpAge International

Artículo de Justin Derbyshire, CEO de HelpAge International.

A medida que el conflicto en Ucrania se hace más y más probable, y la cobertura y el análisis de los medios de comunicación se intensifican, la narrativa y la información están pasando por alto una de las dimensiones más importantes de cualquier combate armado: el impacto que tendrá en el pueblo de Ucrania.

El país y su gente parecen ser un peón en una partida de ajedrez mundial. Todo gira en torno a Estados Unidos y Rusia, Europa y Rusia, la OTAN y Rusia, mientras que el gobierno ucraniano no parece figurar directamente en las negociaciones, una vez más, apartado de los procedimientos por Rusia.

El hecho de que ya hay una crisis humanitaria en curso en Ucrania, que se remonta a la invasión de 2014 de las fuerzas respaldadas por Rusia, está constantemente ausente de la narrativa. Un nuevo conflicto devastará a millones de personas que ya están luchando por salir adelante.

Según un informe de diciembre de 2021 de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios sobre Ucrania, 2,9 millones de personas en el este del país necesitan ayuda humanitaria. La creación de la «línea de contacto» de 420 km que separó dos regiones del resto de Ucrania hace ocho años ha creado pueblos fantasmas ocupados principalmente por las personas mayores que no pudieron huir.

Visité las zonas afectadas en 2015 y 2016 y fui testigo de primera mano de cómo las zonas prósperas de Ucrania, en torno a Donetsk, antes centro de innovación, TI e industrias creativas, habían quedado destrozadas. Una ciudad tras otra había sido destruida por la artillería pesada y las personas mayores que recibían el apoyo de HelpAge International y nuestros socios, que vivían a ambos lados de la línea de contacto, habían quedado aisladas, habían perdido a sus seres queridos y se habían quedado sin apoyo.

Según la OACDH, en 2021 más de 13.000 personas habían muerto desde el inicio del conflicto, mientras que 1,6 millones se habían visto obligadas a abandonar sus hogares y casi medio millón de personas mayores vivían sin ninguna fuente de ingresos.

La respuesta humanitaria lamentablemente cuenta con recursos insuficientes: solo ha conseguido el 56% de los fondos que necesitaba en 2021 para hacer frente a la combinación del conflicto en curso y la COVID-19. Recientemente, Care International UK ha destacado que se trata de la segunda crisis humanitaria de la que menos se informó el año pasado. Esta falta de atención y recursos hace que la acción urgente sea aún más importante. Los niveles de resiliencia son bajos, los alimentos escasean y las instalaciones sanitarias tienen dificultades.

El gobierno ruso está impulsando claramente el conflicto. En las últimas dos semanas ha trasladado a las familias de su personal de embajada fuera de Ucrania, al igual que el Departamento de Estado de Estados Unidos. El Reino Unido le ha seguido. La guerra cibernética se ha intensificado, mientras se despliegan divisiones militares en las fronteras.

De los 5,5 millones de personas que podrían llegar a verse directamente afectadas por una invasión en el Este, el 38% son personas mayores, según un informe de la ONU de mayo de 2021. Esto pondrá a prueba a una población que ya está lidiando con la COVID-19.

Pero con los nuevos despliegues de tropas en la frontera norte en Bielorrusia y en Crimea en el sur, el número de personas ucranianas afectadas podría ser hasta cuatro veces mayor si se produce una invasión a gran escala en las tres fronteras, según informes recientes de la ONU.

La ONU y las agencias de desarrollo deben dar prioridad a Ucrania ahora. Deben entregarse fondos y recursos con carácter de urgencia para apoyar las actuales misiones humanitarias en el Este y garantizar que están preparadas para otro conflicto.

Sabemos por experiencia que una preparación eficaz limita el impacto, pero esto es especialmente difícil cuando se trata de una crisis que ya cuenta con una financiación insuficiente. Es fundamental que el sistema humanitario, en colaboración con el gobierno ucraniano, la sociedad civil y la población, aumente el apoyo que puede ofrecer con efecto inmediato, si se quiere proteger a los millones de personas necesitadas y vulnerables del impacto de nuevos ataques. Si el volcán está humeando, no hay que esperar a que entre en erupción para empezar a mover a la gente.

Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido no deben pasar por alto el destino de millones de personas. Si quieren mostrar un verdadero liderazgo mundial, su atención debe centrarse en el pueblo ucraniano. Como afirma la directora de USAID, Samantha Power, «los dirigentes deben tener siempre en cuenta las consecuencias humanas en sus deliberaciones». Si no hay un liderazgo y una colaboración global conjunta, miles de personas morirán y millones de vidas se verán afectadas.

El impacto de un conflicto en Ucrania también se sentirá en todo el mundo. Como señaló David Miliband, del IRC (International Rescue Committee), en su reciente conferencia en el Consejo de Relaciones Exteriores, estamos en la era de la impunidad, en la que los crímenes de guerra y los ataques a los trabajadores humanitarios aumentan sin que se rindan cuentas. Están aumentando debido a la falta de liderazgo y colaboración colectiva global. La OTAN, la Unión Europea, Estados Unidos y el Reino Unido deben dejar a un lado sus propios intereses y posturas y actuar de forma unida para apoyar al gobierno ucraniano y a su pueblo, si quieren frenar la ola de impunidad. 

No debemos olvidar que hay vidas en juego y comunidades en riesgo. Se deben tomar medidas ahora para proteger a las personas de daños mayores y prepararse para el impacto de lo que está por venir. No debemos perder de vista a las poblaciones vulnerables y nuestros compromisos internacionales con los derechos de todas las personas.

Articulo de Justin Derbyshire, CEO de HelpAge International

Texto original en inglés

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