La cifra oficial de muertes en residencias evidencia la necesidad de tomar medidas concretas para garantizar los derechos de las personas mayores

03/03/2021

Un año después de que empezara la pandemia, hemos podido conocer que cerca de 30.000 personas mayores que residían en residencias han fallecido debido a la covid-19. Desde el inicio de la crisis, HelpAge International España ha señalado la necesidad de tratar a las personas que viven en residencias como grupo preferente ante el avance de la covid-19 y garantizar así su derecho al acceso a los servicios de salud en igualdad de condiciones.

A pesar de que la discriminación por edad a la que se enfrentan las personas mayores no es algo nuevo, en este año se ha puesto en evidencia la necesidad de tomar medidas para garantizar que las personas mayores puedan ejercer sus derechos en igualdad de condiciones que las demás. Desde HelpAge International España, así como desde la red global de HelpAge, llevamos muchos años señalando que las personas mayores y sus derechos son los grandes olvidados en las respuestas a las crisis y emergencias. Por ello, desde que el virus empezó a propagarse en distintos países y desde la primera semana en la que se declaró el Estado de Alarma en España, publicamos y difundimos un aserie de publicamos y difundimos un aserie de protocolos y pautas para el cuidado de personas mayores en residencias y en el hogar.

Desde HelpAge España, nos alegramos de que las personas mayores que viven en residencias hayan sido un grupo prioritario en la campaña de vacunación y de que, tras este año devastador, por fin, puedan empezar a recuperar algo de normalidad y salir del aislamiento que han sufrido durante meses. Por fin, han caído los contagios en las residencias y empezamos a ver los efectos positivos de las vacunas, pero no podemos dejar que todo lo ocurrido caiga en el olvido ni podemos permitirnos recuperarnos de esta crisis con meros parches en el modo como afrontamos los problemas de las personas mayores. Necesitamos implementar un cambio profundo cuyo primer paso debería ser un marco jurídico nuevo que nos sirva de base para promover y proteger sus derechos, su dignidad y su calidad de vida.

Durante el último año, diversas organizaciones y profesionales del sector de los cuidados han señalado las carencias de un sistema que es necesario transformar. En este sentido, desde la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores hemos trabajado intensamente para presentar diversas medidas de acción urgente ante la crisis así como propuestas para transformar el sistema de cuidados a medio y largo plazo. Las organizaciones han insistido en la necesidad de reforzar y diseñar las políticas públicas dirigidas a las personas mayores desde un enfoque basado en derechos, que garantice la dignidad de todas las personas y se aleje de una visión meramente asistencial, apostando por fomentar la autonomía personal y, cuando se requiere, desarrollando una atención integral y centrada en la persona.

Desde HelpAge International también se ha denunciado que las sociedades y los gobiernos no siempre tratan a las personas mayores de manera justa o igualitaria respecto a las demás personas y, en algunos países, además, han existido medidas restrictivas específicas para personas mayores. Hemos visto que en todo el mundo hay graves insuficiencias en los sistemas de salud y otros servicios públicos, especialmente en aquellos relacionados con las personas mayores que viven en residencias. A finales de marzo, el Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre Envejecimiento de la ONU (OEWG por sus siglas en inglés) se reunirá para debatir cómo ha afectado la covid-19 a los derechos de las personas mayores. Es hora de que más gobiernos apoyen la creación de una Convención internacional por los derechos de las personas mayores y que pidan a Naciones Unidas que comience ya a redactar el texto de la Convención.


¿Qué lograría una Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas Mayores?
1. Una base sólida para una sociedad más justa. Ayudaría a garantizar que todas las personas mayores en todo el mundo sean tratadas de una manera más justa y equitativa.
2. Mejores servicios para todos. Ayudaría a garantizar que los gobiernos, el sector privado y otros actores diseñen y presten servicios que respeten los derechos de las personas mayores.
3. Una guía clara. Sería el lugar al que acudir para obtener orientación sobre cuáles son los derechos de las personas mayores y cómo respetarlos.
4. Un impulsor del cambio. Pondría en marcha una cadena de acontecimientos que mejorarían la vida de las personas mayores.

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